miércoles, 12 de mayo de 2010

EL PRIMER GASOLINAZO DEL AÑO 2010


Pocas, muy pocas veces el pueblo peruano ha asistido a un seceso descarado y hasta cierto punto vergonzoso para el interés de los sectores más necesitados.

Especialmente, porque se produce en momentos que la cúpula del poder proclama a todos los vientos que nuestra economía es una de las más estables de Latinoamérica y que nuestro crecimientos es uno de los más altos de la orbe supranacional.

Todo empezó cuando el patio de honor del Palacio de Gobierno abrió sus puertas el último dia del año anterior para ofrecer un espectáculo abierto de música y atracciones.

El motivo era recibir con algarabía y jubilo el año 2010 que incluía el saludo presidencial, repique de campanas y fuegos artificiales. Nadie dejo de bailar, reír y gozar, en esos instantes de festejo gratuito al aire libre, jamás imaginaron que al despertar se estrellarían contra una triste realidad: El primer gasolinazo del año.

Resulta que mientas se dejaban llevar por la turbulencia de la melodía y el movimiento de un grupo de gordos en el estrado muy cerca de ellos la flamante Ministra de Economía y el jefe de Estado, ponían sus rubricas al primer gasolinazo del año.

Ocurrió que el gobierno había actualizado la banda de precios de los combustibles reduciendo en escala significativa el aporte del fondo de Estabilización económica y en los Hidrocarburos.

Eso significó el incremento del valor de la gasolina, el gas licuado domestico y el kerosene. Las alzas inciden de manera directa en la canasta familiar y el costo de vida.

Ahora habrá que pagar más para comprar, preparar los alimentos y para movilizarse, porque los responsables del transporte público, que nunca quieren perder preparan como de costumbre, ajustes más altos de lo debido en los pasajes.

Aunque cada vez que se presenta este fenómeno viene a la mente de idea que si valdrá la pena pagar más para trasladarse en vehículos viejos, incómodos e inseguros, con choferes y cobradores que no respetan a nada ni nadie.

No podemos dejar de lado aquella consabida premisa que “cuando se eleva el precio de los combustibles todo sube”. Según el pronunciamiento de las analistas, llama la atención que el alza se produzca luego de informarse que el índice de inflación del 2009 en el Perú apenas llego al 0.25 por ciento.

Lo real es que cualquier incremento en el costo de los productos de primera necesidad, como en el caso de los combustibles, siempre origina molestia, incomodidad y rechazo en los grupos sociales mas necesitados.